Bonito hallazgo navideño

A veces la curiosidad nos revela sorpresas agradables que en estos días en particular gusta compartir. Es el caso del feliz hallazgo navideño que hice esta semana.

Corría el siglo IV, como todos no exento de luces y sombras, cuando nació, en torno al año 310, quien llegaría a ser un gran Padre de la Iglesia de Occidente, san Hilario de Poitiers. De familia culta, acomodada y no creyente, recorrió un largo y difícil camino en búsqueda de la verdad. Ya adulto, fruto de notables estudios y meditaciones, se convirtió al cristianismo. Bautizado hacia el año 345, ocho años más tarde fue elegido, por aclamación popular, obispo de su ciudad natal. Hasta su muerte en Poitiers en el año 367, san Hilario dedicó su vida a combatir el arrianismo, causa que le acarreó cinco años de destierro decretado por el emperador Constancio a instancias de una jerarquía dominada por obispos filo-arrianos.

Gracias a su intensa labor y sólida formación académica, san Hilario ha dejado para la posteridad una importante obra sobre temas dogmáticos, exegéticos e históricos que le valió ser declarado Doctor de la Iglesia. Pero, además, su afán doctrinal y afición literaria le llevaría a escribir una suerte de himnos bíblicos con fines más populares, siendo quien introdujo en el mundo latino cristiano una nueva poesía religiosa. Entre ellos ocupa lugar especial uno dedicado al nacimiento de Cristo considerado el primer villancico de Navidad: Jesus refulsit omnium (Jesús, luz de todas las naciones).

Con mis mejores deseos de bien y paz, dejo aquí estos breves versos junto a una traducción libre que confío no empañe el regalo que nos legó San Hilario.

«Jesus Refulsit Omnium» / «Jesus, luz de todas las naciones»

Jesus refulsit omnium
Pius redemptor gentium
Totum genus fidelium
Laudes celebret dramatum

Jesús, devoto redentor de todas las naciones, ha resplandecido 
Que toda la familia de los fieles celebre las historias

Quem stella natum fulgida
Monstrat micans per authera
Magosque duxit praevia
Ipsius ad cunabula

La brillante estrella, resplandeciendo en los cielos, lo da a conocer 
En su nacimiento y, yendo antes, ha llevado a los Magos a su cuna
Illi cadentes parvulum
Pannis adorant obsitum
Verum fatentur ut Deum
Munus ferendo mysticum.
Cayendo, adoran al pequeño niño escondido en harapos 
Dando testimonio del Dios verdadero trayendo un regalo místico

¡Feliz Navidad!

3 comentarios sobre “Bonito hallazgo navideño

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