Madrid Subterra: mirando más allá

Cuentan que cuando al genial Miguel Ángel le preguntaron cómo había sido capaz de convertir un bloque de mármol en escultura tan asombrosa como «La Piedad», contestó: la escultura ya estaba dentro de la piedra, yo sólo he quitado el mármol que le sobraba. Saber ver más allá de lo que tenemos delante, visualizar en ello la idea que se aloja en nuestro pensamiento, es el  don de los innovadores. Convertirlo en realidad es reto que sólo algunos superan y, si bien alumbrar maravillas como las que nos dejó «El divino», sólo está al alcance de algunos elegidos, no pocos son los que logran dar vida a sus sueños, aunque no sean tan sublimes como los del maestro Buonarroti.

Mirando más allá,  es como nació, hace ocho años, la idea del proyecto «Madrid Subterra», con el ambicioso objetivo de  lograr que las energías que subyacen en las infraestructuras del subsuelo urbano sean reconocidas, exploradas y explotadas. Un proyecto pionero surgido de mirar la ciudad más allá de lo que vemos, de contemplarla de manera más integral e integradora, de intentar  verla y tratarla como lo que es; un ecosistema urbano. Cambiar la perspectiva muchas veces permite ver el bosque que los árboles ocultan. Sólo se requiere atreverse a mirar de otra manera y casi siempre nos sorprende lo que observamos. Descubrir que, bajo el suelo de Madrid, como de tantas otras ciudades, existe un yacimiento de energía limpia, nuestra, renovable y accesible, sigue sorprendiendo a muchos.

Pero lo mejor está por llegar. No es que estas energías sean la respuesta a las necesidades energéticas de la ciudad, pero sí son  una fuente adicional que permitirá reducir el consumo de otras más contaminantes que debemos importar, a la par que abren un horizonte a la innovación, la inversión y el empleo de calidad. No menos interesante es que su aprovechamiento, en particular el de las térmicas, que hoy vertemos a la atmósfera como residuos a un vertedero, contribuirá también a mejorar la calidad del aire y reducir el  efecto «isla de calor» que, tanto altera el clima de la ciudad, exacerbando el impacto del cambio climático. Captar el aire caliente de los túneles e infraestructuras como el metro, para ayudar a calentar nuestros hogares, o a refrigerarlos, en vez de expulsarlo por una rejilla de ventilación, u obtener electricidad, turbinando los enormes caudales de agua que circulan por nuestras redes de suministro y saneamiento, está a nuestro alcance. Sólo exige que cambiemos nuestra percepción convencional de la ciudad, de esa visión en planos de la parte aérea, la superficie y el subsuelo. Requiere tener el atrevimiento de contemplarla más como un árbol que como una caja de construcciones y la convicción de que, restableciendo conexiones entre sus componentes, permitiremos que sus energías dialoguen entre sí para beneficio de todos.

Esta semana, la Asociación público privada «Madrid Subterra», creada en el año 2014 con la misión de hacer realidad el proyecto, ha celebrado su V Congreso Internacional con un éxito más que aceptable. Que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, haya encontrado hueco para inaugurarlo evidencia que el Ayuntamiento, que, en su día,  promovió la idea, sigue apostando por la visión de la iniciativa. Una visión que, poco a poco, va materializándose como demuestran las ponencias presentadas en el Congreso. Una idea transformadora que va tomando cuerpo gracias a la fidelidad de sus socios, públicos y privados; empresas, colegios profesionales, universidades y administraciones como la Comunidad de Madrid que también quiso mostrar su apoyo participando en la inauguración.

Lograr poner en valor algo cuya existencia se ignora, no es tarea sencilla. Esa es la misión de Madrid Subterra. Aunque convivimos con las energías residuales del subsuelo, somos  ajenos a su existencia y a su potencial. Tanto es así que ni siquiera el concepto de «energías residuales» está recogido en la legislación. Por ello la Asociación ha dedicado notable esfuerzo tanto a darlas a conocer como a que sean reconocidas procurando que sean incorporadas en el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética que se tramita en el Parlamento.

Paralelamente, no siendo posible innovar sin aprender, la Asociación también asumió la tarea de promover nuevos conocimientos, experiencias y talentos. El congreso internacional anual, la colaboración con iniciativas conexas y la participación en foros y jornadas son claros exponentes. Mención especial merece la creación, con la Universidad Politécnica de Madrid, del «Aula Madrid Subterra» para realizar estudios y trabajos fin de grado y de máster. Trabajos que, además de promover talento joven en este campo, están permitiendo definir nuevos proyectos en la ciudad.

Todo este esfuerzo tiene una meta; poner en valor las energías del subsuelo haciendo realidad la visión convirtiéndola en actuaciones concretas. Este es el objetivo último de la Asociación. Como impulsora de proyectos su papel es  catalizar, facilitar, sumar esfuerzos y lograr acuerdos para convencer a las partes implicadas de los beneficios económicos, sociales y ambientales que yacen en el subsuelo de la ciudad. Con ello «Madrid Subterra» se suma a quienes creen que Madrid tiene un futuro prometedor apelando a sus propias capacidades y energías. Tras seis años superando barreras, el horizonte parece cada vez más despejado; ya comienzan a visualizarse proyectos que, hace poco tiempo, sólo podían imaginarse mirando más lejos.  

Deja un comentario