Sin «VIP» estaremos mejor

Hace un año, cuando este blog echaba a andar, escribía que hay palabras dañinas. Si entonces la mira la puse en «fracaso«,  hoy, la pieza a abatir, es «VIP». Y, digo bien, abatir; porque vocablo tan fatuo y cursi y, de influencia tan poco edificante merece ser desacreditado, echado por tierra y condenado al inframundo del lenguaje.

¿Quién no ha sentido en alguna ocasión que las palabras, como las armas, las carga el diablo? Los bien pensantes dirán que las palabras son inocuas. Que todo depende del uso que se haga de las mismas. No nos dejemos engañar. Las hay que nacen torcidas, que nunca conocieron la inocencia por mucho que se camuflen. Se nos presentan almibaradas, simpáticas, modernas, aduladoras y, sin percatarnos, nos atrapan. Hay que cuidarse de ellas. Porque, teniendo las palabras el enorme poder de conformar  pensamientos y crear realidades, algunas sólo lo ejercen para alimentar nuestro lado oscuro. En esto «VIP» es toda una campeona.

Aparentemente, si nos atenemos a la definición de la RAE,  persona que recibe un trato especial en ciertos lugares públicos por ser famosa o socialmente relevante, el término español «vip», escrito en redonda y con minúsculas, resulta inofensivo. Pero, basta ahondar un poco más, para desvelar su auténtica faz. Al desenmascarar a tan seductor anglicismo comprobaremos que, la proliferación de su uso y la realidad que ha generado, es fiel reflejo de lo que en verdad expresa.

Dejando a un lado su camuflaje hispánico «vip», fijémonos en su grafía más extendida y exitosa, la de su acrónimo inglés «VIP» de «very important person«, que, literalmente, significa «persona muy importante». ¿Y, si no eres VIP, qué eres? Es de suponer que «una persona no muy importante»; lo que no deja de mosquear. Dando un paso más ¿y si eres considerado lo contario de un VIP? Cabría deducir que quedas clasificado como «una persona muy poco importante» o dicho en plata un «don nadie». ¡Ahí es nada! Qué exagerado me dirán. Pues mire usted por dónde, fíjese qué casualidad, que el antónimo más común en inglés de «VIP» es «nobody» que, traducido al castellano significa «nadie». Así que ¡ojo al parche! con la palabrita y la realidad que induce.

Siempre ha habido y habrá, clientes de primera, segunda y tercera. No hay nada de malo en ello; en función de lo que pagues recibes unos u otros productos o servicios. Tampoco es novedosa la existencia de tipos ruines que se rigen por aquello de que «tanto tienes, tanto vales». Pero de ahí a que criterio tan indigno sea blanqueado,  ensalzado y promovido socialmente hay un abismo. Un abismo que nuestra palabreja de marras ha ayudado a saltar con notable éxito. Inspirando una forma de pensar que no sólo no rechaza calificar la importancia de las personas en función de su dinero o poder, ha contribuido a construir una realidad en la que el concepto VIP es un distintivo de prestigio social y de éxito.    

El hecho de que, una idea tan pretenciosa y ruin como la que encierra «VIP», haya tenido tan buena acogida en tantos sectores, es muy sintomático. Que su mensaje siga calando tan hondo entre las gentes, siendo su mayor reclamo la vanidad y, su principal logro, mercantilizar a las personas, explica muchas lacras de la sociedad en la que vivimos, empezando por la vulgaridad. Si de pequeños nos enseñaban que hablar de dinero y hacer ostentación era de muy mala educación, en estos tiempos tan arrabaleros, en los que el respeto cotiza tan poco, ya no es cuestión de mejor o peor gusto. Hoy en día, ser o no VIP puede tener implicaciones más vitales especialmente para quienes se estime más descartables por ser «personas muy poco importantes». Por ello el día en que desterremos a «VIP» y sus derivados, y su moda sólo sea un mal recuerdo, habremos dado un gran paso.

2 comentarios sobre “Sin «VIP» estaremos mejor

  1. Muy acertada reflexión. Además de un concepto nocivo, pretender ser vip y no digamos ya creerse vip es una señal inequívoca de narcisismo, ergo de una personalidad insuficientemente construida. Sugiero al autor que en próximas entradas reflexione sobre el término «premium», que tampoco es moco de pavo, ni grano de anís.
    Hace un tiempo escribi unas lineas a propósito de los cigarros premium que comparto con usted por aquello de que compartir es el principio motor de comprender y de ahí a imaginar un futuro menos vip y menos premium hay un pequeño paso.
    https://cepogordo.blogspot.com/2017/02/los-cigarros-premium-y-el-hedonismo.html#links
    Fuerte abrazo y ánimo con la iniciativa.

    Me gusta

    1. Sí Señor muy oportuna su apreciación caballero y muy interesante el enfoque del artículo «Cigarros premium y el hedonismo» cuya lectura recomiendo vivamente.
      La verdad es que tan exponencial ha sido el crecimiento del número de paletos con tanto dinero como carencia de personalidad, que el mercado no hace más que parir reclamos, productos y servicios tan horteras como sus destinatarios. Lamentablemente están consiguiendo que artículos de calidad y precio proporcionados se disparaten. Sí igual un día le doy una vuelta a este mundo premium; cutre y obsceno.
      Gracias por el comentario y fuerte abrazo.

      Me gusta

Deja un comentario